Espero que este inicio de semana los encuentre bien, más allá de las risas y llantos que nos puede haber generado el debate presidencial argentino. Hoy les propongo una estructura diferente: dado mi reciente viaje a Argentina, he estado explorando mis raíces y de dónde vienen mis motivaciones. Quiero compartir mi historia con ustedes y dejarles algunas recomendaciones culturales relacionadas. Ojalá lo disfruten.
✨ Dónde estoy: Buenos Aires, la ciudad que me formó.
Mientras contemplo mis próximos pasos profesionales, también reflexiono sobre mis comienzos y la esencia que impulsó hacia adelante.
Cuando puse un pie por primera vez en el área de Sistemas de Agua y Saneamiento Argentinos (AySA), la empresa de agua y saneamiento del Área Metropolitana de Buenos Aires, mis tacos rojos de 8 centímetros quizás no eran la elección más acertada. Pero ese día marcó el comienzo de un viaje de por vida para el servicio público y la protección del ambiente. A través de mi atracción a la Geografía, encontré una vocación más profunda en política ambiental e impacto social. Mi predisposición a mirar más allá e incesante curiosidad me ayudaron a definir mis valores laborales y misión. Un mail audaz y una reunión ganada más tarde, me trasladé del departamento de Sistemas para convertirme en Analista Ambiental Junior, mudándome del primero al piso 17 de la torre.
Mi nuevo rol fue más que un simple trabajo; fue un medio para generar un cambio significativo. Enfrentando sesgos de género y soportando comentarios condescendientes sobre mis looks, como mis bermudas y camisas rosadas, luché por siempre continuar afirmando mi individualidad y capacidades. Mi verdadero triunfo llegó cuando se me confiaron proyectos impactantes, desde brindar talleres comunitarios locales hasta colaborar con las salvaguardas de proyectos financiados por el Banco Mundial. Ya no estaba sólo tomando medidas en imágenes satelitales para ajustar tarifas de agua; estaba impactando vidas, contribuyendo a la lucha global por el agua limpia y el saneamiento.
En terreno, ya sea tomando muestras de la calidad del agua en la cuenca Matanza Riachuelo o asistiendo en estudios de base para nuevas plantas de saneamiento, conocí la satisfacción de tener un propósito. Mi trabajo involucraba a comunidades enteras, con el fin último de proveer no sólo de servicios tan básicos como agua y saneamiento sino también entregar dignidad. Una intersección con los derechos humanos fundamentales; el agua limpia y el saneamiento no son sólo opcionales, son pilares necesarios para construir una vida.
A través de múltiples experiencias de campo, informes redactados y capacitaciones brindadas y reuniones asistidas, evolucioné de una joven pasante a una profesional comprometida en fomentar un mundo más equitativo y sustentable. Estos desafíos me moldearon y reafirmaron mi determinación de crear oportunidades para el empoderamiento y el impacto social, sin importar dónde estuviera trabajando.
El recorrido no solo me permitió descubrir mi poder interno para liderar cambios significativos, sino que también me hizo consciente de mi capacidad para empoderar a otros. En cada obstáculo superado y en cada barrera rota, encontré no solo mi voz, sino también el coraje para alentar a los demás a encontrar la suya.
Hoy, si pudiera hablar a esa pasante de 20 años que entro con carácter en sus tacos rojos a su primer día, le diría que siga tomando decisiones audaces y que confíe en sus instintos. Le diría que esos tacos tal vez no sean prácticos para el trabajo de campo, pero que nunca subestime el poder de hacer una declaración, incluso de una manera aparentemente insignificante. Le aseguraría que su intuición la guiará siempre upwards and onwards, llevándola hacia lo que siente que es correcto. Le diría que el viaje estará lleno de desafíos y sorpresas, algunas tan inesperadas como un murciélago perdido en la oficina, o cambios de rumbo bruscos. Pero son estos mismos desafíos los que le van a dar la oportunidad de moldearse como la profesional en la que se va a convertir, una comprometida con generar cambios tangibles y positivos en la vida de las personas.
Si quieren leer la historia en detalle, pueden hacerlo acá.
📚 Qué estoy leyendo: The Bookshop
En el núcleo de cada misión suele haber un acto de audacia—la audacia de desafiar el status quo, de ver las cosas de manera diferente y de introducir algo novedoso en espacios arraigados a tradiciones. Con gran placer leí "The Bookshop" de Penelope Fitzgerald, una historia aparentemente simple pero profunda que resuena con la esencia de la misión y la valentía necesaria para cumplirla.
La historia gira en torno a Florence Green, una viuda que se aventura a abrir una librería en un pequeño y conservador pueblo inglés con bastantes personajes idiosincráticos resistentes al cambio. A pesar de las probabilidades, y algunas realidades, en su contra—desde la ostracización social hasta los obstáculos burocráticos—Florence permanece firme a su objetivo. El viejo granero que transforma en una librería se convierte en un campo de batalla metafórico, donde la libertad intelectual y la evolución cultural entran en conflicto con la mentalidad estrecha y parroquial.
Lo que me impresionó fue el compromiso de Florence con su visión de progreso, que iba mucho más allá de simplemente vender libros. Tenía como objetivo elevar mentes y almas de los miembros de la comunidad, introducirlos a mundos más allá de su cotidianeidad y fomentar un cambio cultural. En esencia, ella era un agente de cambio que operaba desde un lugar de bondad, paciencia y firme resolución.
La moderna visión de la autora, escrita en 1978, sigue resonando aún hoy. No pude evitar ver paralelismos entre los esfuerzos de Florence y mis propias experiencias. Yo también encontré en mi camino resistencia, pero descubrí que la persistencia y una misión claramente definida eventualmente puede abrir mentes.
Aunque el libro fue adaptado a una película, que no ví, mi recomendación hoy es sobre la versión literaria. La lectura de esta pequeña novela permite una intimidad con los personajes y una profundidad de comprensión que espero disfruten. Sirve tanto como una alarma como una fuente de inspiración para cualquiera comprometido en iniciar un cambio.
🎬 Algo interesante que ví: Mad Men
Hay una razón por la que esta serie resiste el paso del tiempo. No es solo un drama; es un estudio sobre el comportamiento humano, los valores sociales y la autonomía individual. Mi amor por la serie continúa, y actualmente estoy haciendo el tercer rewatch.
Hoy quiero hablar de un episodio en particular: el final de la temporada 3, "Shut the Door. Have a Seat". Una obra maestra del narrado de historias, que entrelaza sin problemas varias tramas para alcanzar un poderoso clímax.
En este episodio, Don Draper, amado y odiado protagonista, se encuentra en una encrucijada profesional y personal. Sin caer en spoilers, Don tiene que elegir si dejar que otros decidan su futuro o tomar el control él mismo. El consejo de Conrad Hilton, el magnate hotelero, se convierte en su llamada de atención. Captura la esencia de la autonomía personal: tomar el destino con tus propias manos cuando todo a tu alrededor se desmorona.
Las convicción de los personajes en este capítulo resultan en un cambio sísmico en sus vidas profesionales. Encapsula la esencia misma de ser proactivo, resuena con el miedo a tomar la iniciativa y liderar con un propósito. Es un poderoso recordatorio de que, sin importar las circunstancias, siempre tenemos la capacidad de influir en nuestro destino.
Si todavía no son fanáticos del mundo de Mad Men, les espera una delicia. Para los que ya la vieron, los invito a volver a ver este capítulo a través del lente de: ¿qué es lo que nos mueve?. Las siete temporadas están disponibles en Amazon Prime Video.
Espero que hayan disfrutado de esta edición un poco diferente. Decidí, a partir de ahora, realizar los envíos cada dos semanas para poder compartirles contenido de mejor calidad.
Si te reenviaron este mail, ¡te invito a que te suscribas!
Habiendo hecho esta edición tan personal, me encantaría leer y conocer sus propias motivaciones. ¿Qué los hace levantarse todos los días? ¿Sienten que al completar un día de trabajo están contribuyendo a algo importante?
Nos vemos en quince días,
Sole
Que hermoso lo que compartiste Sole! Me siento muy feliz recordando nuestras charlas en aquellos momentos, como siempre explorando y acompañándonos en esta maravillosa experiencia de vivir y comprometerse! Orgulloso de vos!