¡Hola! Espero que estes muy bien, y gracias por leerme. Esta edición sale con una semana de retraso, por lo que te pido disculpas. Es en parte, una lección: no siempre estamos en nuestras mejores condiciones y, a veces, es preferible no forzar las cosas a presentar algo de mala calidad. Anhelo que la lectura de hoy pueda compensar el silencio de la semana pasada.
Hoy voy a reflexionar sobre el odio —desde su impacto en la historia hasta cómo se manifiesta en nuestras interacciones cotidianas— y cómo, a pesar de su presencia, tenemos la capacidad de elegir un camino de comprensión y aceptación.
¿Podemos, cada uno de nosotros, confrontar y superar el odio que encontramos en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea? A través de los relatos y reflexiones que comparto hoy, espero inspirar un diálogo sobre cómo nuestras elecciones pueden iluminar los rincones oscuros donde el odio toma forma.
📚 Qué estoy leyendo: La hija de la costurera
Con largo tiempo en mi lista de pendientes, hace poco terminé la novela de la escritora, periodista, poetisa, y activista libanesa, Joumana Haddad. Desde su decisión a los 7 años de ser escritora, inspirada por la muerte de su abuela, Haddad ha mantenido un compromiso con la sinceridad y la autenticidad en su escritura, mientras busca exponer la realidad de las mujeres en Medio Oriente, algo que logra con creces en esta obra.
"La Hija de la Costurera" es la travesía de cuatro generaciones de mujeres, donde cada una podría haber tomado el lugar de la otra, por que, lamentablemente, sus vidas están llenas de sangre, pérdida y dolor. En un viaje no cronológico, el libro comienza en 1915 con el genocidio armenio y el cruento desplazamiento de su comunidad, pasando por la guerra árabe-israelí en 1948, la guerra civil libanesa en 1975, y la guerra civil siria en 2011. En la novela, podemos ver con más profundidad los ya conocidos devastadores conflictos del mundo árabe y su complejidad, donde, como dice Joumana, la expresión auténtica a menudo choca con las restricciones impuestas por la religión y regímenes autoritario. También, desde los ojos de las protagonistas nos damos una idea más cabal de lo difícil que es ser mujer en este escenario.
Mientras hoy miramos y opinamos desde Occidente sobre el número de víctimas y las buenas o malas decisiones del estado Israelí en su lucha contra el terrorismo de Hamas en Palestina (cuyos bombardeos se reiniciaron recientemente), esta novela nos viene a recordar que no estamos hablando de números. Estamos hablando de vidas. Y eso es lo que hace que esta obra sea especialmente conmovedora, su enfoque en las vidas individuales atrapadas en el torbellino de la historia, recordarnos que detrás de cada conflicto hay historias humanas reales, marcadas por la carne, la sangre y las lágrimas. No puedo evitar pensarlo cuando se habla del conflicto humanitario en Gaza: en la cantidad de familias que vivieron toda su vida en el terror, y que nuevamente, tienen que comenzar de cero, sin saber del paradero de muchos de sus familiares, sin saber si al día siguiente van a tener agua para tomar, sin ser nunca dueños de su propia realidad.
“Si todo está escrito, ¿por qué nos tomamos siquiera la molestia de despertar cada mañana?
Si todo está escrito, ¿por qué nos empeñamos tanto?
No viviremos aventuras imprevistas, no sortearemos obstáculos, no aprenderemos de pruebas y errores. ¿Podemos arrancar una página de ese libro donde todo está escrito de antemano? ¿Podemos cambiar una sola palabra?
Si se pudiera, yo sustituiría muerte con liberación”
Haddad, tiene un estilo narrativo donde mezcla esta crudeza con la poesía, e invita a reflexionar sobre cómo el lugar y el momento de nuestro nacimiento pueden determinar el curso de nuestras vidas, y cómo el odio y el prejuicio pueden perpetuar ciclos de violencia y sufrimiento.
🎬 Algo interesante que vi: Beef
Si bien aún no termine todos los capítulos (si, me cuesta más ver series y películas que leer), Beef es una serie donde en entregas de alrededor de 30 minutos nos presenta la idea de que, en vez de encontrarnos con el amor de nuestras vidas, un encuentro fortuito puede llevarnos a conocer a nuestro peor enemigo en un momento aparentemente insignificante.
La historia cruza a Amy Lau, dueña de un negocio de plantas de lujo que no logra despegar sin su sacrificado trabajo, y gracias al cual su esposo e hija viven una vida de mucho confort, con Danny Cho, contratista y handyman atrapado en dificultades financieras y la necesidad de ayudar a sus padres en Corea. En un típico estacionamiento de un comercio de Estados Unidos, Amy y Danny intercambian algunos bocinazos que terminan convirtiéndose en una persecución. Rápidamente la pelea de estacionamiento escala hacia una guerra personal, donde pasando los episodios cada uno quiere hacerle aún más daño al otro.
Tanto Beef como La Hija de la Costurera exploran cómo la venganza y el odio pueden trascender la simple agresión física, y profundizan ambas en el significado de lastimar a alguien, no solo físicamente, sino emocional y psicológicamente.
La raza y los orígenes también son importantes en Beef: siendo ambos protagonistas asiático-americanos, es interesante como la serie aborda la lucha de clases y la intersección de la riqueza y la etnicidad en Estados Unidos. Los conflictos y dinámicas de poder entre los personajes reflejan cuestiones más amplias de privilegio, identidad y comprensión mutua.
En un día a día que nos lleva puestos, y a veces nos hace chocar con desconocidos, ¿alguna vez te preguntaste si esa respuesta cortante puede tener un peso significativo en la vida del otro? ¿Qué pasa cuando elegís no responder a un saludo cordial?
Se las recomiendo para una reflexión sobre y el impacto duradero del odio y cómo este puede deformar nuestras vidas y relaciones. Son 10 episodios cortos, y la encuentran en Netflix.
🇺🇸 Dónde estoy: Austin, Texas
Volé a Texas llena de prejuicios. Esperando encontrarme con una ciudad inmersa en la cultura cowboy y sin lugar para la diversidad -de gente, de ideas, de opinión, de vestimenta, de arquitectura, de todo-, y Austin vino a desafiar mis expectativas.
Habiendo peleado por ser la capital del Estado de Texas con Huston, sus habitantes la defendieron literalmente a cañonazos de la prepotencia del Sr. Huston y compañía. Hoy, es una ciudad amigable, con un downtown pequeño y caminable, muchos parques, áreas verdes alrededor de su río y quebradas de arroyo recuperadas en forma de modernos parques urbanos, con instalaciones artísticas y espacios de conexión con la naturaleza. Disfrute especialmente mi visita al jardín botánico, correr junto al Lady Bird Lake por medio de sus plataformas y ver la fauna del lago. Un highlight fue ver instalaciones artísticas como Skyspace de James Turrell en la terraza de uno de los edificios de la Universidad de Texas en Austin. Dedicar una hora y media a ver una instalación artística interactuar con el atardecer, apreciar los cambios de colores tanto dentro de la estructura como el en el cielo, contemplar el silencio y meditar le dieron a esa instalación todo el sentido que, espero, el artista estaba buscando cuando la montó, y mucha paz y merecido silencio para mi. También, disfrute muchísimo mi visita a la Biblioteca Pública, donde por los distintos pisos hermosamente diseñados, habitantes y visitantes de los más diversos orígenes se unían en el silencio que requiere una preciada lectura o un momento de trabajo. Las vistas del atardecer fueron inolvidables.
Si bien podría decir que recorrí la Texas “hipster”, y tome café, hice ejercicio y salí a comer a restaurantes veganos y étnicos de lo que parecería una segunda San Francisco, no me privé de conocer un Cowboy Bar y ver los típicos bailes country, ir Hill Country para probar la clásica BBQ y escuchar mucha musica en vivo.
La perlita del viaje: Barbarelle. Un boliche para los que no nos gustan los boliches. Música de los 80s y 90s, mucho espacio para bailar pero también para sentarse, una pista solo de bandas locales, muy divertidas, y lo más importante: bailar de cualquier manera y vestido de cualquier forma sin que a nadie le importe o te juzgue por eso. Conocí a una persona que, después de trabajar en un restaurante, va todos los viernes para descargar energía y solo bailar, en una de las puntas de la pista, sin querer impresionar a alguien, consumir alcohol ni tener que cuidarse del que dirán. Solo baila, dejándolo todo en la pista. Este street art me hizo pensar en el:
Sin dudas, una buena terapia. Sentí que estaba en un lugar donde la diversidad puede ser celebrada y fomentada en la sociedad, sin presiones, sin intentar cumplir con un mandato.
Austin se reveló cómo un oasis hipster y cultural. Un microcosmos de armonía y coexistencia donde esperaba contraste y frialdad. Fue para mi un recordatorio de que siempre hay espacio para la sorpresa y la diversidad, incluso en los lugares más inesperados, y tenemos que estar abiertos para poder disfrutarlos.
🌎¿Cómo está LatAm hoy?: Argentina tiene nuevo presidente, y todos buscan mi opinión
Ya desde hace unas semanas ser argentina en el exterior viene pegado con la pregunta: ¿que tal el nuevo presidente, ese Milei? Sin dudas la alta exposición mediática del inminente presidente de Argentina lo volvieron tema de conversación en todo Iberoamérica. Y cada vez que me consultan qué me parece, cómo me siento, si es para una mejor economía… no puedo evitar sentirme incómoda. Para empezar, ¿cómo se hizo tan famoso? Muchos me contestan que por cómo grita en sus videos, su actitud histriónica, su pelo fuera de lugar, sus ideas radicales.
Entonces, cuándo me piden una opinión, no puedo evitar dar una reflexión social, vinculada a su fama: más allá de la política o la economía, me preocupa que el discurso que comparte haya crecido tanto, y cómo ese discurso, en manos de un mandatario, puede ser peligroso para la diversidad, el amor y el respeto. Antes de continuar, quiero aclarar que no busco hacer una condena absoluta, generalizaciones sobre personas o grupos políticos. Solo me enfoco en declaraciones y acciones específicas.
Entonces, vayamos unos pasos más atrás:
¿Qué es un discurso de odio? Cualquier forma de expresión que incite, promueva o justifique el odio, la discriminación o la hostilidad hacia una persona o un grupo en base a características como la raza, la religión, la etnia, la orientación sexual, el género, la identidad de género, entre otras. Este tipo de discurso busca menospreciar y deshumanizar al "otro", y a menudo sirve para justificar la violencia o la discriminación.
¿Crees que Milei y su arco político lo promueven? ¿Alguna vez lo pensaste? Vamos a algunos ejemplos de sus declaraciones durante la campaña: querer ponerle la tapa del ataúd al kirchnerismo, hablar de la moneda nacional como “excremento”, banalizar al terrorismo de Estado, afirmar que ser homosexual es el equivalente a tener piojos, o asegurar que la Educación Sexual Integral (ESI) es una política postmarxista dedicada a romper con “la familia”. Estas declaraciones fueron recibidas por diferentes sectores de la sociedad argentina con repudio, pero también alimentaron expresiones individuales, quizás antes reprimidas, de algunos seguidores de La Libertad Avanza, fomentando al odio o la discriminación, sobre todo hacia miembros de la comunidad LGBTQ+. Esto no significa que todos sus votantes, que tienen una variedad de razones para su apoyo, piensen igual, pero si dió el espacio a que se cometan actos de violencia a los que no estamos acostumbrados.
No solo es preocupante que un ahora funcionario de alto rango, respaldado por una cantidad de votos de la sociedad tan importante, hable de esta manera en medios públicos, sino que también alienta a la discriminación social, con episodios que ya vienen aconteciendo antes de la asunción. Aunque un discurso no siempre conduce a la violencia física, si puede causar daño psicológico significativo, y la idea de vivir con miedo a que tus derechos y libertad de expresión se restrinjan es tortuosa. Y para nuestra sociedad, un derecho ganado y adquirido es algo valioso, que no queremos perder.
De nuevo, te invito a pasar de pensar en luchas de poder y las divisiones sociales a enfocarse en las vidas humanas individuales, que tienen miedo, que se sienten acosados, perseguidos, que no saben que va a pasar, o que ya ven cómo dentro de la sociedad se ejercen actos de violencia, habilitados por un discurso mayor. Hoy más que nunca, ejerzamos la empatía, porque necesitamos una región unida. ¿Qué podemos hacer desde nuestros lugares individuales para hacer de esta región un lugar en el mundo más amable y abierta? ¿Hay algún amigo o familiar al que le vendría bien tu llamado? ¿Cómo abrazas vos la diversidad todos los días?
🦇 Qué descubrí esta semana: Nos amigamos con los murciélagos
En un newsletter tan cargado emocionalmente, me parece que no puedo dejar de compartirles esta historia tan única que aprendí en Austin.
South Congress Bridge, el puente más importante de la ciudad, fue creciendo de la mano de la misma, y por eso fue objeto de varias renovaciones, la ultima de ellas en los años 80. Con esta ultima actualización, las rendijas en su base y espacio interno en forma de T lo transformaron en una perfecta cueva para murciélagos. De un día para el otro, los habitantes de Austin se encontraron con que la inmensa estructura de concreto fue elegida como espacio de migración de las hembras de la colonia de murciélagos mexicanos. Se convirtió así en la más grande colonia urbana de murciélagos del América del Norte, con 1.5 millones de ejemplares. Cada noche, al atardecer, estos murciélagos salen en masa para alimentarse, creando un espectáculo fascinante bajo el cielo crepuscular de Texas mientras los edificios se iluminan. Los espectadores se reúne tanto arriba del puente, como en barcos y kayaks abajo para ver su salida en conjunto en busca de comida.
No solo fue una experiencia única e inesperada. Lo que más me impresionó fue cómo la ciudad abrazó a estos pequeños mamíferos voladores. Si bien al principio fueron criticados y se pensó en alguna manera de eliminarlos, al notar no solo eran apreciados por los turistas por su show nocturno, sino que también son muy buenos combatiendo mosquitos y algunas otras plagas, la ciudad los celebra como un símbolo de la naturaleza y la biodiversidad, y su presencia sigue atrayendo a miles de visitantes cada año. Austin se convirtió en la bat city.
Este encuentro inesperado con los murciélagos de Austin fue un recordatorio maravilloso de cómo la naturaleza puede integrarse y enriquecer la vida urbana. También, me asombro la capacidad de las comunidades para encontrar armonía y belleza en la diversidad, ya sea cultural o natural, lo que refleja una elección de inclusión y aprecio por la biodiversidad. A mí, este modelo de adaptación me inspira a enfrentarme a otros desafíos, sociales, culturales o políticos. ¿Te lo esperabas?
Antes de despedirme, quiero compartir una reflexión: en un mundo donde el discurso de odio, la violencia y la división aumenta constantemente, no olvidemos nunca el poder de la empatía y la unidad. Cada uno tiene la capacidad de elegir palabras y acciones que construyan puentes (¿llenos de sorpresas?), no muros. Busqué en este envío acompañar a una reflexión más allá de religiones, espacios políticos, etnias, etiquetas y los prejuicios, a reconocer la humanidad compartida en cada uno de nosotros. Al final del día, al igual que los murciélagos de Austin que salen al anochecer en una danza de cooperación y coexistencia, nosotros también podemos esforzarnos por vivir en un mundo donde la diversidad y el respeto sean celebrados.
¿Te gustó esta edición? ¿Hay algo con lo que no estás de acuerdo? ¿Te dieron ganas de ver Beef o ponerte a leer? ¡Te espero en los comentarios!
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Nos vemos en quince días,
Sole
Gracias por esta reflexión, Soledad!
Creo que uno de los desafíos mas importantes que enfrentamos hoy (como sociedad, y como individuos) es cómo enfrentar estos discursos de odio. Para quienes portamos la bandera del diálogo, es difícil pensar en lograr una unidad con personas que están cerradas al mismo.
Como superar las barreras entre el “ellos” y el “nosotros” sin caer en esos mismos discursos simplistas que invalidan al otro? La experiencia nos demuestra que no sirve de nada acallar y sepultar esos discursos. A riesgo de sonar hegeliana, pienso que era inevitable que resurjan, que salgan de abajo de la alfombra, para lograr una síntesis superadora. Nos corresponde ahora encontrar los canales para construir una síntesis que abarque a todxs, bajo los valores del respeto mutuo, la igualdad y la libertad.
Hola! Que hermoso y emocionante es este encuentro Sole. La forma en que abordas temas tan sensibles, me llega profundamente. Es cierto que el odio existe, es parte del ser, y está en cada uno de nosotros hacer con este aspecto de la personalidad aquello no solo que no haga daño a los demás, cosa muy importante, sino también que no termine envenenándonos a nosotros mismos, transformándonos en una muy mala versión de lo que podríamos ser en nuestras vidas. Por otra parte, describiste con mucha sensibilidad tus experiencias, reflexiones, lecturas, realmente hace bien leerte. Te quiero hija.